Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

sábado, 16 de enero de 2016

Karma


Nadar en aguas teñidas de gris,
estrellar Ferraris, hundir el talento para que brillen los aspectos mediocres
es mi karma

Escuchar los retos, las amonestaciones
las sugerencias infames, la misoginia y las habladurías bobas
es mi karma

Estoy cansada de nadar contra corriente
el alma se me lastima
me desangro y ya sin fuerzas termino al pie de la tontería y la medianía feroz

Muchos llaman a ésto aceptación
para mi gusto se trata de conformismo insultante
mi karma.

Todo es para siempre

La luz que se cuela me nubla, me condena
Nada cambiará, todo es para siempre:
El cielo, los árboles, el paraíso, el infierno.

Todo es igual, ya no quiero engañarme
nunca mejorará, nunca volverás.
Ya no sueño, no tengo esperanzas.

Lo lamento, sé que lo lamentás.
Hay fuegos en los que ni siquiera queda ceniza,
ni lágrimas, ni recuerdos.

domingo, 3 de enero de 2016

Volver a empezar

A un ritmo sostenido
cadencia de amaneceres no deseados
calumnias que imponen ritmo de lejía
Vuelvo a empezar. Volver a empezar.

Se vuelve, se termina e interrumpe
Se quiebra. Se esfuma y no se comparte.
Porque las penas son humanas y en la soledad amamantan la histeria
la modorra, la leyenda.

Veo que no chilla la misericordiosa naturaleza extrema
dejándome desquiciada en la penumbra
qué es... no sé.
Habrá que guarecerse de la tentación de los apócopes.