Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

sábado, 16 de enero de 2016

Todo es para siempre

La luz que se cuela me nubla, me condena
Nada cambiará, todo es para siempre:
El cielo, los árboles, el paraíso, el infierno.

Todo es igual, ya no quiero engañarme
nunca mejorará, nunca volverás.
Ya no sueño, no tengo esperanzas.

Lo lamento, sé que lo lamentás.
Hay fuegos en los que ni siquiera queda ceniza,
ni lágrimas, ni recuerdos.

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