Soltar el ser

A veces es mejor soltar el ser amado
dejarlo ir

Soltarlo y que vuele lejos
que sea feliz
que siga riendo, que siga disfrutando
que siga su camino bello
Lejos
Bien lejos.

A veces es mejor renunciar
echar brutalmente
desprenderse, despellejarse
aunque cueste
aunque se ame locamente

Dejarlo sepultado en el olvido para que siga iluminando
que siga resplandeciendo
que siga siendo feliz
porque ese ser es formidablemente bello con reinado propio

A veces es mejor soltar el ser amado
ignorarlo
borrarlo
aunque uno muera por dentro

Tempestad

Paleta de colores en el cielo
esfumándose, conectándose

Gruesas gotas repercuten en el brillo del calor
baja la luz, sube el volumen de sombras y tonos en el horizonte
la penumbra bifumina y realza el fuego de las montañas
calcinando las nubes y sueños

El paisaje parece aceitado, con un brillo opaco
se adivinan ojos tras las ventana admirando la belleza de la lluvia y el viento
la tempestad como protagonista de la tarde caliente
la tempestad como suma de todas las verdades

Él

Desierto
y él, desierto y de madrugada en sus rayos y luces
desierto para el amor
desierto para el dolor
desierto para la otredad sin maldad, pero hiriente

Desierto
omnipresente y omnisciente
desierto en su cueva
en su madriguera
desierto por la soledad
y su conciencia que se retroalimenta y autorreferencia

Desierto
y él, solos
y los otros, también solos
y los soleados días que quedan
tratando de tapar los otros atardeceres...
también soleados
pero también olvidados

Kalimba

Suena la nota
que centella y ríe en las tonalidades rojas
Suena que te suena
y me conmueve y río

Kalimba suave
ardilla de cuerda
caja de música tonal en la noche
mientras cae una estrella

Sugiere y evoca
disipa y ama con los bríos tibios de la rima
mientras mento y confirmo
que la sintonía existe y reza y llora