Somos yo y la noche oculta
las montañas en la luna y el sol en su descanso.
Somos perennes y ambivalentes, aciagos y enfermizos
dispuestos a todo por un amor que no corresponde en su anacronía y forma
Bien lo sabe la noche oculta
Somos yo y la noche oculta
que se despereza en su ladera fogoza
en su clímax de estrellas sonrientes
en el solaz y científico cálculo de ese orgasmo que nunca será
no volverá, no se concretará.
Somos yo y la noche oculta
Ella y yo, las sombras como testigos... y nadie mas
Ella que ríe, yo que sufro ese amor que hiere
la lanza clavada en mi corazón extraviado y aturdido
me desangro y desvivo disimuladamente.
No quiero gritar
no quiero llorar
ya no puedo mas.... no soporto esta no correspondencia
desiguales, infinitamente distantes
sin destino, sin ley, sin belleza.
La noche oculta y mi calma forzada que mutila
La noche oculta que esconde y maquilla mi terrible dolor
La noche que ya no es noche, es día espúreo y diáfano
penumbra, hoguera, ocaso.
Quiero que me lleve la noche oculta hasta el horizonte sin versos.