Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

viernes, 14 de abril de 2017

El rumor de las hojas de otoño


El rumor de las hojas de otoño
ese otoño que tarda en llegar y sin embargo subyace
las hojas como eneldos, como esparcidas cintas de novias o esperanzadas
y el rumor que sigue y se atraganta de agua cristalina, esa misma de la lluvia o la sequía.

El cantar de los colibríes
me digo para mis adentros mientras río
porque los colibríes no cantan
y sin embargo... los escucho
fuerte y claro

Titila la luz
esa roja pestaña de carga
como muchas de color verde
o de un opaco cielo
todas son señales

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