Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

martes, 4 de enero de 2022

El Cruce

El Cruce ha sido arduo, lento, desapegado.
Cruzar ha sido un parto. 
Un lamento largo,  un abismo de tristeza y espera interminable.

El cruce ha sido calmo, en la adversidad.
Ha sido sintético, balsámico y candoroso, en el pecho que me sangra.
Sangrar es lo de menos, lo importante es cruzar.

La sangre ha reinado, en el cruce.
El Cruce es blasfemo, réprobo, vergonzoso.
Una vergüenza propia, y otras ajenas. Este maldito cruce.

El Cruce y mis miserias; y sus acechanzas y calumnias.
Cruzar, solo quiero cruzar.
Y que se termine la soledad.



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