El Cruce ha sido arduo, lento, desapegado.
Cruzar ha sido un parto.
Un lamento largo, un abismo de tristeza y espera interminable.
El cruce ha sido calmo, en la adversidad.
Ha sido sintético, balsámico y candoroso, en el pecho que me sangra.
Sangrar es lo de menos, lo importante es cruzar.
La sangre ha reinado, en el cruce.
El Cruce es blasfemo, réprobo, vergonzoso.
Una vergüenza propia, y otras ajenas. Este maldito cruce.
El Cruce y mis miserias; y sus acechanzas y calumnias.
Cruzar, solo quiero cruzar.
Y que se termine la soledad.
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