Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

Preguntarse



Las preguntas, las dudas, inquirir, indagar, bucear, sumergirme en el torrente arrollador de la vida ha sido un poco la marca indeleble que tatúa mi corazón.
Siempre en busca, siempre curiosa y preguntona.

Elegí ser libre y escribir, sacar fotos, transmitir lo que siento, lo que me quema el alma, me arrastra a los desafíos o me desconcierta.

Aquí no encontrarán contundencias, no leerán nada taxativo o categórico. Serán parte de mis desandar, de mis derribos, las escapadas ausentes y los silencios que adivinan entre la prosa un tanto desaliñada: mi marca registrada.

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