Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

Yo soy uno de los amigos de Graciela ( 2005 ) Ediciones El Escriba

 La novela que verán en la foto fue publicada en 2005 por Ediciones El Escriba. La tirada fue pretenciosa: 500 ejemplares de los cuales algunos quedan, quizás mas adelante pueda decir si es posible tener algunos a la venta.

Escribí esta novela durante la larga noche que nos sacudió a los argentinos mientras el 2000, 2001 y 2002. Años durísimos, olvidables. Igual la memoria no perdona y sinceramente a veces me acuerdo de lo mal que estábamos. Mi ex pareja y yo pasamos esos 3 años de manera muy precaria y al borde del abismo, sobreviviendo.  

La novela, creo yo, es lo mejor de mi producción y la primera de la Trilogía del Whisky, que se completaría con la publicación de Mi Prima María y Primitivo. 

La trama de la novela es sencilla: una mujer que en muy raras ocasiones ha salido de Ramos Mejía y que ama vivir, beber whisky, leer, charla, compartir; ama sus amigos, sus conocidos y familia y ama su casa, sus libros y jacuzzi. Ella nos cuenta qué pasó en su historia personal y cómo es que empezó a escribir y nos detalla la vida y obra de 12 de sus amigos y/o familia en doce capítulos que corresponden a los signos del zodíaco. Las andanzas de Graciela Letizia Pomarola son muy risueñas, risibles y un tanto naive. Es, sin lugar a dudas, mi mejor personaje.

El 'arte de tapa' es un horror, quizás el único punto flojo de ella, por lo tanto si algún día se reedita es lo único que cambiaré del libro.

La dedicatoria de la novela fue a mi muy querido amigo Sergiovich, que en 2005 hacía ya algunos años había fallecido. 




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