Escribir con pluma

Escribir con pluma y en letra cursiva es vasodilatador, le hace bien al alma y al espíritu.
Hace que una persona se recoja en sí misma.
Hace que la gente piense en su interior. Se concentre. Piense y se relaje.

La pluma, la mano que se desliza, el ruido del papel en su fricción con la plumilla: son música de Mozart, de Chopín, de Bach para las entrañas humanas.
Escribir y escribir... y sumergirse en la escritura mientras la pluma se desliza.
Y la tinta tatúa su bella impronta frente a nuestros ojos al tiempo que el éxtasis de dibujar palabras y signos mágicamente destellan en la pupila, esa pupila que acaba de redescubrir el asombro.

¿ Cuántos de nosotros escribimos, por el solo placer de escribir ( aunque sea para nosotros mismos ), frente a una hoja en blanco, la frente despejada, los brazos relajados, la mirada serena... ?
Ojalá que muchos...

Monument Valley

sombras y planos
y reflejos
y el viento y el silencio
y el polvo que derrama gloria
y reposa en su soledad.

monumento y valle
escuetos, mínimos, espectaculares
sembrados de desnudez
aparcados fuera de la exuberancia
y la avaricia y sus aftas

las formas y el sol y su luna
y de nuevo el silencio
y otra vez las sombras
y la desnudez y los espacios formidables
y otra vez la luna

encrucijada, simbiosis, amalgama
analogía hambrienta
en la monumentalidad y la catarsis
en la gloria y la belleza
del despojo y la escacez

y otra vez valle monumental
y otra vez paraíso de Arte
Arte natural
Arte crudo
crudo de sorpresas