Reflexión, apotegmas y metralla de palabras, texturas y superficies rugosas en una digresión permanente. Porque la usina que quema el agua se distrae sumergida en los collage magenta y cielo que condensan una locación multiforme y atrevida, que se permite divagar y dar lo que expulsa sin control, sin filtros, sin remordimientos.
Se supone que...
Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.
Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.
Buscamos
Buscamos. Toda la vida buscamos cosas: dinero, felicidad, sabiduría, amores, amigos, objetos negados, el sentido de la existencia, la muerte, las cofradías....
Pero las búsquedas no son encuentros deseados. Muchas veces encontramos situaciones y seres que no deseamos, posturas incómodas en los lamentos desgarradores de nuestra alma que se desvanece al caer yerma en la unción del dolor. Revuelves, masticas, suturas y cometes el fraude sagrado de decir y mentir en que todo está bien, que pasará, que todo volverá a su cause natural.
Te duermes y buscas. Exploras y te resientes. Atraviesas las entrañas de quién dijo ser tu carne, tu aroma y sabor. El sudor de esa pérdida-búsqueda-olvido supura y no se aleja.... aunque lo hayas buscado tratando de perderlo; aunque lo hayas extraviado sin querer y queriendo.
La voluntad de la trasformación es una reconversión: mutamos, deconstruimos, reinventamos escenarios y situaciones. Ese enorme hangar que son los recuerdos traspapelan lo mejor con lo peor, lo solemne con la inquietud opípara de la calumnia, el depellejamiento murmurante de los que no están, se fueron..... pero cuya presencia prende fuego aún las vísceras de la redención.
Buscar, latir, medrar, hallar,boquear.... no encuentras. Transitas y te enredas en las lianas de la vida. La fascinante y subyugante aventura diaria de salir adelante. De eso se trata: buscar, sentir y vivir.... vivir para perder, llorar y sucumbir. Y recordar esos momentos sagrados por el corazón crepitante que escribe y piensa en lo que ya no es pero fue.
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Hola, Gabriela!!! Llegué a este texto en el momento preciso. Estoy procesando cuestiones vitales muy intensas. Las pérdidas fueron muchas. Y los duelos, pocos. Recién ahora estoy procesando pérdidas de todo tipo. Duelos que tendría que haber transitados, a su ritmo, desde hace tres décadas. Y que quedaron guardados dentro mío, aullando por salir. Mi cuerpo grita, pero cada vez menos. Cada vez voy sanando más. De a poco. De un pasito a la vez. "La subyugante aventura diaria de salir adelante...", como bien decís. Gracias por compartir tu arte. Saludos.
ResponderBorrarHola Silvia, me alegra saber que el texto ha sido una especie de experiencia de vida que repercute en la tuya. Y me alegra saber que estás sanando. Los duelos son necesarios, y sanan. Escribí este texto en un momento de mi vida en el que se desmoronaba todo: mi vieja recién fallecida, empezando el divorcio, y mal en el trabajo.
BorrarAbrazos, y gracias por comentar.