Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

Lumbre (2023) Pocket Editorial

 Lumbre es mi primer librito de poesía ilustrado publicado en papel. Es el primero de una serie de 5 (y cada uno con 20 poemas) que resumirán mi tránsito por este hermoso género literario que me enorgullece y alivia. Esta primer entrega es parte de una pentalogía poética que me ilusiona y emociona, por partes iguales. Pues hacía mucho tiempo que deseaba poner en papel y compartir mis aventuras entre versos, pensamientos y desafíos.

El libro es de tamaño contenido (es decir, es un libro objeto de 16 x 10 cm), posee ilustraciones y un armado y diagramación muy sutil. 
Deseo compartir la introducción del libro, porque allí explico la génesis y desarrollo del mismo.

Que lo disfruten. 

"A lo largo de casi 5 décadas he escrito cientos de poemas que se han estado acumulando en discos rígidos, cuadernos, hojas escritas a máquina (aún se usaban en mi niñez y adolescencia) y papelitos rumiando por los cajones, rincones y bolsillos. Muchos de ellos se perdieron: las mudanzas, cambios de ritmo y trabajo; liberarse de tanto acumular y tanto atesorar ha hecho que parte del material poético y sus derivados se perdiese, se liberase o se escapase… 

Aún así, cuando en julio de 2022 abrí en la computadora los archivos de poesías escritas en mi adolescencia y temprana juventud , conté algo más de 400 producciones escritas con dedicación, amor, sentimiento y garra. Me ha sido muy difícil escoger 20 piezas escritas entre 1980 y 1995, y volver a cerrar la carpeta y conformarme con la selección que me impuse. Lógicamente, desconozco si elegí publicar las mejores piezas o las peores; en todo caso, elegí las que mejor me golpearon el espíritu, me hicieron reflexionar, emocionar; o me hicieron sangrar por las heridas presuntas o imaginadas.


En Lumbre les presento una selección desgarrada de poemas y prosa poética que desnudan mis horrores, curiosidades, sufrimientos, alegrías, miedos, esperanzas y contradicciones en una época en la que mis sentidos estaban dispersos, camuflados y ateridos ante un mundo crudo en busca de quemar almas y esperanzas. 


La poesía, en mi opinión, es el único género literario que nos convierte en matarifes de nosotros mismos: nos clavamos la cuchilla, nos achuramos, sacamos nuestras vísceras a cielo abierto, y le cantamos a la humillación, belleza, felicidad, al universo, la vida y dolor. Como decía mi mamá: la poesía es para masoquistas. 

Y sin parecer contradictoria, creo que la poesía es luminosa, es naturaleza activa y es gloria contenida dentro de rumbosas palabras. 


Este libro se llama Lumbre en honor al hogar a leña que tuvimos en nuestra casa familiar de Ramos Mejía. Siempre tuve una enorme fascinación por el fuego, al que considero amigo, cómplice y musa. De niña, sentada frente a ese fuego venerable y subyugante, y con mi lapicera y cuaderno Laprida o Rivadavia en mi regazo, empecé a jugar con las palabras y escribir versos. 


Lumbre posee una coherencia estructural que se cimienta en cuatro ejes: astros, naturaleza, sueños y fuego. La mayor parte de los poemas poseen una métrica libre y sin vergüenza de su joven rusticidad, oscuridad y mágico enrevesamiento. En mi primera juventud adolecí de un estilo definido (también hoy…), y mi mayor propósito fue expresar aquello que sentía, veía e imaginaba sin preocuparme demasiado sobre el estilo o las reglas académicas.

 

Lumbre forma parte de una pentalogía poética que englobará, también, a los siguientes libros: Comienzos, Finales, Visceral y Tierra de Encanto.


Las ilustraciones de Lumbre han corrido por cuenta de mi amiga Meritxell AV, que posee una enorme sensibilidad, magia y talento. La técnica empleada es Marbling, que nace a partir del arte del Suminagashi japonés. 


Dedico este libro a tres personas muy especiales para mí: mis amados y eternos amigos Javier Caride, Graciela Moschini y Meritxell AV. Sé que no podré compensar todo el amor, cariño y belleza que a lo largo de los años me han regalado. 

Javi, Txell y Gra: les estoy infinitamente agradecida."









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