Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

Lo bueno, lo malo y lo feo


Bueno es cuando los amigos y tus seres queridos te aman, estaremos de acuerdo en eso. También es bueno cuando disfrutas de la vida, compartes con tu familia momentos maravillosos o tienes el trabajo que ansiabas y viajaste a todos aquellos lugares donde alguna vez soñaste estar.

Pero eso bueno.... también puede ser malo. Porque nos preocupamos por los seres amados. Y quizás esos seres no se ocupan o no entienden nuestras necesidades y nuestro inusual carisma para entender y enfrentar las cosas. A veces tanto disfrute es contraproducente: nos imaginamos suspendidos en la perfección y el éxtasis y no nos damos cuenta que el nuestro es un micro cosmos.... que afuera está la jungla y la supervivencia del mas apto. Quién no esté preparado para la selva de cemento caerá con su peso muerto al sumidero de los que no han sabido tener los ojos bien abiertos. Hay que estar precavidos y alertas. Somos animales depredadores, nunca hemos dejado de serlo.

Y lo feo está unido con fraternal e inalterable cordón a lo anterior. Feo, por dar un ejemplo, es que te echen del trabajo..... pero todas las patadas en el trasero nos empujan hacia adelante. Siempre hay cosas positivas para rescatar de las situaciones feas. 
También es feo cuando no te sabes explicar, o te has ido con palabras fuertes a un amigo que solo hizo un chiste. Pero lo bueno es cuando desmenuzas y realzas el honor y la belleza de los sentimientos que ligan con hermandad y amor esa amistad. 
¿ Cuántas veces hemos litigado con nuestros padres ? Qué feo que es..... Y sin embargo recuerdo mejor las risas de la reconciliación y el compartir momentos eternos luego de la tormenta de broncas. Necesarias a veces, sino nada quedaría claro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario