Sin alegorías descargo mis penas
azules o verdes, nunca serenas
de seda o satén, con algodones teñidos
o lanas alquitranadas
que ofrezcan calor
Se ofrece el verano póstumo
se ofrece delicado y sensual
mientras un pequeño ventilador simula
o conecta el calor, el sudor o mi álito
como una transpiración volcánica
Es de pocos, o de locos
o de tiernos y sensibles ignorantes
ignorantes en el sentido homérico de los viajes
de las aventuras y los debates
Cuidado con los salvatajes, los acomodos y los embates
las batallas culturales, o las filosóficas.
Cuidado con los sismas y las artes efímeras
las que esconden tonterías caras y malignas
Saturado, mancillado, encorvado, devorado
baca en una vaca, o la casa en la caza
que es parecido, nunca igual
deber ser o parecer, qué mas da
Reflexión, apotegmas y metralla de palabras, texturas y superficies rugosas en una digresión permanente. Porque la usina que quema el agua se distrae sumergida en los collage magenta y cielo que condensan una locación multiforme y atrevida, que se permite divagar y dar lo que expulsa sin control, sin filtros, sin remordimientos.
Se supone que...
Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.
Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.
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