La luz que se cuela me nubla, me condena
Nada cambiará, todo es para siempre:
El cielo, los árboles, el paraíso, el infierno.
Todo es igual, ya no quiero engañarme
nunca mejorará, nunca volverás.
Ya no sueño, no tengo esperanzas.
Lo lamento, sé que lo lamentás.
Hay fuegos en los que ni siquiera queda ceniza,
ni lágrimas, ni recuerdos.
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