Reflexión, apotegmas y metralla de palabras, texturas y superficies rugosas en una digresión permanente. Porque la usina que quema el agua se distrae sumergida en los collage magenta y cielo que condensan una locación multiforme y atrevida, que se permite divagar y dar lo que expulsa sin control, sin filtros, sin remordimientos.
Se supone que...
Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.
Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.
viernes, 2 de noviembre de 2018
Resistencia
La ausencia es una resistencia al ser ente
descarada y espectral
como un esbozo de cautela
de coordinadas perdidas
Que el reloj no esté no quiere decir que no haya sido
que no haya latido
que no haya parido
Su no ser, su no estar, su no ocupar espacio se remeda
remeda y alinea con esos espectros vacíos y latentes
en la latencia y cadencia de un no despertar
un no afirmar, ni siquiera negar.
Que el no reloj esté no significa nada
nada mas que la nada
y la luna que asoma y se esconde.
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