Tan importante es pensar
redimir
ser eterno y cambiar
siempre cambiar
No quedarse en lo evidente
ni en lo obvio.
Cambiar
siempre cambiar.
Tan importante es improvisar
y leer
y volver a leer lo leído
y pensar
siempre pensar
No quedarse en lo dado
preguntar
y dudar
y volver a preguntar
Dar vuelta, eructar, escupir
regurgitar, amasar, cocinar ideas y conceptos
y destruir, y construir
y picar y matar y resucitar.
De eso se trata.
Todo
Reflexión, apotegmas y metralla de palabras, texturas y superficies rugosas en una digresión permanente. Porque la usina que quema el agua se distrae sumergida en los collage magenta y cielo que condensan una locación multiforme y atrevida, que se permite divagar y dar lo que expulsa sin control, sin filtros, sin remordimientos.
Se supone que...
Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.
Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.
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