Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

miércoles, 1 de enero de 2025

Cuando no tengo claras las cosas

Cuando no tengo claras las cosas
no hago nada,
no digo nada,
        y estoy en esa fase.

Muchas cosas han cambiado,
me noto que no estoy bien
pero no puedo decir nada más
porque no lo tengo claro.

Y como no lo tengo claro
aquí me quedo, 
        sin decir y sin hacer.

Gracias por darme este espacio
        y esta distancia.
Ya volveré 
    volveré cuando me aclare.

No es una despedida, 
claro que no,
es un hasta luego.

Este paso al costado, 
esta renuncia sin sentido,
tiene sus motivos.
Trataré de explicarlo,
aunque no sea buena explicando.

Me han pasado muchas cosas
más de las que puedo contener.
Siento que dentro mío no soy la misma 
y necesito poner mis pensamientos en su lugar.
Es decir: reflexionar, despejar ideas, descansar.

Por lo tanto, y con mucha sinceridad, 
te doy las gracias por el respeto, la consideración y el aguante.
Gracias por dejarme esta distancia
y que desaparezca el tiempo que necesite.
¿Cuánto tiempo..?
No sé.

Porque cuando no tengo claras las cosas,
no hago nada,
no digo nada,
        y estoy en esa fase.





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