Un sueño mas que se cumple
un deseo que parecía inalcanzable que se hizo realidad
la embajadora de los mares
la proverbial fragata inmaculada
ese orgullo de la Argentina toda
que navega, enaltece, nos representa y emociona
Sobre su teka quedarán mis lágrimas
y mis ojos no olvidarán jamás la enorme algarabía que me embargó
de poder tocar su ancla, sus mástiles, sus sogas
y visitar el puente de mando
su increíble y bella cubierta
mientras flameaba nuestra bandera y su pabellón orgulloso
Todo en ella es perfecto
sublime en su blanco y en sus bronces
pues todo brilla en lo alto de los mástiles formidables
cuan colosos sosteniendo el cielo
me abandoné a su belleza, a su calma, a su experiencia
la soberana embajadora de mi amada Argentina
quedará por siempre grabada en mi corazón
Reflexión, apotegmas y metralla de palabras, texturas y superficies rugosas en una digresión permanente. Porque la usina que quema el agua se distrae sumergida en los collage magenta y cielo que condensan una locación multiforme y atrevida, que se permite divagar y dar lo que expulsa sin control, sin filtros, sin remordimientos.
Se supone que...
Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.
Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.
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