Ser.
Simplemente.
Y dejar atrás lo presumido y heredado y dar rienda suela al corazón.
Ese corazón que nos dice qué somos, cómo y a dónde vamos.
El alma que nos demanda de qué manera nos queremos ver,
a quienes deseamos, a quienes amamos.
Ni blanco ni negro, ni varón o mujer
Solo ser
en un caleidoscopio de simulaciones y mímicas.
Exponer, exhibir, sucumbir
atorarse de múltiples dimensiones
y renacer, en el Ser.
( Poema dedicado a la revista Candy )
Reflexión, apotegmas y metralla de palabras, texturas y superficies rugosas en una digresión permanente. Porque la usina que quema el agua se distrae sumergida en los collage magenta y cielo que condensan una locación multiforme y atrevida, que se permite divagar y dar lo que expulsa sin control, sin filtros, sin remordimientos.
Se supone que...
Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.
Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.
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