Se supone que...

Se supone que no debería atreverme a esta aventura: un blog donde las palabras navegan en un guiso de ambigüedades. Un guiso en el que las ausencias soberbias y la arrogancia supina de una lexicografía tonta y cursi aflorarán en cada oración, en cada recodo de mi pobre y previsible expresión metafórica.
Pero siento la necesidad de otro canal donde mis sentidos se bifurquen, atornillen o maceren. Un canal donde las entrañas puedan mostrarse sin piedad, sin convencionalismos avaros de obsecuencias o calcomanías culturales que no me motivan y vanamente tratan de encorsetarme.

Bienvenidos a este vuelo rasante donde los planetas chocarán y la mutación de los sentidos estará en la mira de los Dioses y Diosas.

lunes, 22 de junio de 2015

Imperfecciones

No siempre se puede agradar, ser feliz, ser justo. No siempre es posible contemplar a los semejantes en todos sus atributos, sus características, sus justificaciones. No se puede emprender o planear sin tener claro qué queremos, qué sentimos, cuál es la meta. 
Todo no se puede.

Porque no es posible diplomarse de sabio sin desconocimiento, sin esa miseria de ultratumba que es el dolor por el semejante, el atormentado pequeño ignorante de la ciénaga de los olvidos o los fastidios que crecen de manera exponencial. Los malentendidos son obesos y abundan, parecen un fertilizante desmedido que se esparce y causa daño, a veces irreparable.

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