Creo haber nacido estrella errante, de esas que se transforman en contumaz diáspora de acarreos y fugaces algoritmos. Tu me dices que es mejor ceñirse a los olvidos y amojonar la exfoliación de las ánimas... hesitan ellas sobre lo indetectable del olvido.
No te conviertas en implorante asceta, ni en gutural desgano. Sal de la madeja de espinos, cae a la intemperie de los verbos conjugados con malicia. De nada sirve atormentarse por las horas idas, las cantadas, las sufridas.
La contención y algarabía reverberan de idolatrías.... candentes y acechantes; sucias y divinas.
Déjate llevar. Y que otros sean en ti.
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