"... mira tus manos, aparcero, míralas. Mira los callos malos de insolencia y estropicio. Trabajas mucho la tierra, el acero, el concreto...."
"....válete de ánimos imposibles, tan imposibles como un placentero atardecer entre los cerros. Tu ya no tienes cerros, tu no tienes cielos: naciste para servir, cumplir y morir por el delirio ajeno. Para eso sirves, aparcero.... "
"... ¿ dónde está el edén de los obreros...? Te preguntas en brutal soliloquio.... ¿ dónde calmar la sed de inmensos juegos y risas... y besos ? ¿ Dónde la bondad y el calor libre en el pecho... ?
"... mira tus manos, aparcero, ¡¡¡¡¡ Míralas !!!! Son el espejo de tu reino.
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