Tengo ganas de abrazar eternamente tu mirada
y devanar poco a poco los temores de tu inocencia
perforando la candidez de tus ojos con un cristal de ternura
allí donde tu alma se estremece tosca y emocionada.
Tengo ganas de besar esos labios por un siglo
y explorar despacio la suave piel de tu cuerpo esbelto
acariciándolo bajo la luz de las tenues estrellas de invierno
que vieron nacer la magia irreverente de nuestro amor.
Tengo ganas de dormitar absorta entre tus brazos
y acariciarte distraída con acompasados movimientos
terminando en un perenne éxtasis profundo y viviente
que nos acopla y funde en un solo prisma de fuego.
Tengo ganas de evocar en mis palabras tu exuberancia
y acaparar las mareas ondulantes que tu corazón produce
viviendo intensamente la arrogancia de nuestra inmensa dicha
que también es poesía, arte y fulgente pasión.
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